martes, 23 de diciembre de 2014

¡FELICIDADES! MARÍA ESTHER ROBLEDO

HOY


Desde mi cotidianidad me recuerdo en el paso de los de los días. Las imágenes fluyen, el ayer y el hoy superponen emociones. No es fácil, no fue fácil, nunca es fácil. Pero estoy aquí caminando otra mañana.

¡Gracias! 

El calendario me dice fin de año. Y es inútil obviar la reflexión.
Un remolino me atrapa. Tus ojos, tus palabras, el hacer, lo propuesto, lo logrado, la suma de voluntades, tus colores y los míos.

¡Gracias!

Siempre ame el canto, la baguala, la campana en el anuncio. El sol despuntando la mañana, el canto del hornero acotando el día. El bullicio de los pájaros en el aguaribay, al atardecer. El paso de los teros y silbido del viento.
Amé y disfruto a la familia reunida, las palabras a borbotones entre amigos, los debates y el compartir tu saber.
Siento lo no leído, tus lágrimas y tus carencias.
Procuro corregir errores, absorber lo no absorbido y sumarme a tu mano.

Hoy al borde de un año concluido. Quiero desearte lo mejor, que este año que comienza sea dibujado por tus sueños.
¡Que tengas un renacer, que broten y crezcan tus proyectos!


¡Feliz Navidad!

                       
                   ¡Feliz 2015!    


CELESTE MARÍA ESTHER ROBLEDO


QUIZÁS, AHORA MARÍA ESTHER ROBLEDO

AHORA


Ahora
¿Dónde está?,
Caprichoso rueda sin fin.
Engarza ayer,
                ahora,
                     precipita.
Suma angustia, soledad.

Ahora.
Agujas de reloj.
Empujada por códigos humanos,
sin saber  por qué.

Ahora…
Piedra base
oscura, impotente.

Llama
la brújala inconsciente,
olvido el  rumbo,
desgajo sueños.

Ahora,
     ahora,  arma el esqueleto
                                 de este ahora
hay un cielo naranja en el horizonte
que espera el día.




martes, 17 de junio de 2014

CAMINO MI OTOÑO

Me detuve


Me detuve a la orilla de la calle.
Vi pasar la gente,
el vacío,
         la isla,
              otro mundo,
su ir y venir en los laberintos
de la vida.
Busqué señales,
puse luces intermitentes.
El hacer automatizado
ignoraba los colores.
Vi pasar tanta gente
con sueños abortados en las manos.
Grité…

Era igual.

Acotaba el día un reloj.

Lejos mis cerros,
                        un abril
y el ruido del agua entre las piedras.

Del libro Tardes Naranja
María Esther Robledo B



La piel


La piel
se adueña de la noche,
el latido,
el vuelo.

Ciego burbujeo de pasiones
marcando territorio sin límites,
hasta encontrar el alba.

Del libro Tardes Naranja
María Esther Robledo B